Mi abuelo tenía en su escritorio un canutito para poder utilizar los lápices cortitos, gastados, desmochados, casi inexistentes. Y lo mismo se le ocurrió a Cafaro, un lector de Lúpin, para no desperdiciar ese último medio centímetro que nos exasperaba (cuando se usaban los lápices). Un planito inclasificable pero que debe ir, a mi entender, con los demás que tienen que ver con el dibujo. Autor: Marcelo Cafaro. Publicado en Revista Lúpin número 102, página 65 (El Rincón de los Lectores, ideas que envían los chicos), marzo de 1974.
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