Se sabe que los mejores planeadores son los de madera balsa con alas de costillas. También son los más complicados de construir y, además, parece que en el año 70 la susodicha balsa era un bien escaso, ya que multitud de cartas de lectores se quejaban amargamente ante Dol de que no podían conseguirla ni siquiera en lugares tan cercanos como Ezpeleta u Olivos.
Así, Guillermo Guerrero publica aquí un planeador de balsa cuya ala puede reemplazarse por una plancha de telgopor, lo cual simplifica la construcción y resuelve el problema de los insumos. No vuela igual, claro, pero si no hay más remedio...
Diseño: Guillermo Manuel Guerrero. Publicado en Revista Lúpin número 58, páginas 33 a 36, julio 1970.
Así, Guillermo Guerrero publica aquí un planeador de balsa cuya ala puede reemplazarse por una plancha de telgopor, lo cual simplifica la construcción y resuelve el problema de los insumos. No vuela igual, claro, pero si no hay más remedio...
Diseño: Guillermo Manuel Guerrero. Publicado en Revista Lúpin número 58, páginas 33 a 36, julio 1970.
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