Una de las críticas que le hacían a Sídoli sus pequeños lectores era que a menudo se olvidaba de los barriletes durante larguísimos períodos. Ya sé que las dos estrellas de la revista eran la electrónica (puntera cómoda) y el aeromodelismo (segundo), pero los barriletes peleaban el podio sin ningún problema. Lo mismo sigue siendo cierto en nuestro blog, en pleno siglo XXI, según nuestras estadísticas.
Por el motivo que haya sido, los lectores tenían razón. Estamos en abril del 71, y Tito publica dos barriletes, siendo que los últimos habían aparecido trece meses antes, y uno de ellos ni siquiera era nuevo ni original, sino una republicación del celular W del Bubi, aparecido en el número 19.
Los de hoy son los sencillos pero eficientes barriletes de telgopor que el viejito que todos conocemos vende en la playa. Son simples y muy comunes (aunque tal vez eran una novedad en el 71, no lo recuerdo).
Lo interesante que tienen estos es que, comprando planchas de telgo de 0,5 y de diferentes colores, y haciéndoles un buen diedro, cualquier chichipío como yo puede soñar con la pinta de Carlos Gardel y hacer sus propios modelos, más grandes, más fuertes, más lindos y más originales.
La semana que viene (ya de vacaciones el editor de este blog): cohete y torre de lanzamiento para niños, motorcito eléctrico y mucho más.
¡A trabajar!
Diseño: Tito Sol. Publicado en Revista Lúpin número 67, página 33, abril de 1971.
Por el motivo que haya sido, los lectores tenían razón. Estamos en abril del 71, y Tito publica dos barriletes, siendo que los últimos habían aparecido trece meses antes, y uno de ellos ni siquiera era nuevo ni original, sino una republicación del celular W del Bubi, aparecido en el número 19.
Los de hoy son los sencillos pero eficientes barriletes de telgopor que el viejito que todos conocemos vende en la playa. Son simples y muy comunes (aunque tal vez eran una novedad en el 71, no lo recuerdo).
Lo interesante que tienen estos es que, comprando planchas de telgo de 0,5 y de diferentes colores, y haciéndoles un buen diedro, cualquier chichipío como yo puede soñar con la pinta de Carlos Gardel y hacer sus propios modelos, más grandes, más fuertes, más lindos y más originales.
La semana que viene (ya de vacaciones el editor de este blog): cohete y torre de lanzamiento para niños, motorcito eléctrico y mucho más.
¡A trabajar!
Diseño: Tito Sol. Publicado en Revista Lúpin número 67, página 33, abril de 1971.
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