Entre tanta electrónica y tanto aeromodelismo, Dol nos regala en esta oportunidad un lindo y sencillo cohete para niños pequeños, que vuela sin necesidad de un poderoso (y peligroso) motor de combustible sólido, sino que es propulsado con unas gomas a modo de honda.
El asunto crítico de todo esto es apartar la cara del cohete en el momento de lanzarlo, y retirar el seguro de lanzamiento con el brazo estirado, so pena de perder un ojo.
Más tarde, Lúpin publicaría numerosos planitos de cohetes verdaderos, impulsados a motor.
Diseño: Héctor Mario Sídoli. Publicado en Revista Lúpin número 67, págs. 34-35, abril de 1971.
El asunto crítico de todo esto es apartar la cara del cohete en el momento de lanzarlo, y retirar el seguro de lanzamiento con el brazo estirado, so pena de perder un ojo.
Más tarde, Lúpin publicaría numerosos planitos de cohetes verdaderos, impulsados a motor.
Diseño: Héctor Mario Sídoli. Publicado en Revista Lúpin número 67, págs. 34-35, abril de 1971.
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