Nuestra portada otoñal


El otoño ha llegado a Buenos Aires, y nosotros, como siempre, hemos querido homenajear a una de las "primeras veces" de nuestra querida revista.
Es que en el número 34, cuya tapa reproducimos hoy y utilizaremos como portada por tres meses, Guerrero publicó el primer planito de aeromodelismo, el mítico planeador Vuelalindo.
Aquel número de Lúpin se publicó en julio de 1968, hace hoy algo menos de 51 años, y llevaba una de aquellas tapas desequilibradas por un gran anuncio (en este caso de un concurso donde se regalaban cinco pelotas y cinco "planeadores zumbadores". ¿Sería que las ventas estaban en baja y los editores pretendían reflotarlas regalando juguetes? No lo recuerdo; yo tenía tan solo siete años). El reclamo de que en el interior venían el planeador y una historieta completa de Bicho y Gordi ("Espías en el cohetódromo") quedaban eclipsados por lo anterior, sobre todo este último texto, impreso en negro sobre el azul oscuro del cielo.
PD.: La historieta de portada transcurría en el mítico conurbano paralelo de la imaginación de Dol, en el cual la Argentina lanzaba rutinariamente naves espaciales desde su espaciopuerto ubicado en Sarandí, partido de Avellaneda. Los malvados espías (los sempiternos Cara de Tomate y su ideólogo Flaco-Flaco) terminaban, en el último cuadrito, sumergidos en un tanque de agua pesada para moderar los neutrones de la radioactividad que habían absorbido al hacer sus maldades.

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