Balsita de cañas

Una pequeña y simple embarcación que navega muy bien y alcanza velocidades interesantes. El aspecto polinésico no solo lo consigue por el diseño, sino que el dibujito que acompaña al plano, con un feroz rostro de dios oceánico pintado, nos trae dulces recuerdos de la de Thor Heyerdahl.
El secreto del éxito consiste en no perforar ni romper los nudos de las cañas: al igual que en la embarcación similar ya publicada, cada tramo de caña entre nudo y nudo se comporta —si es estanco— como un pequeño flotador individual que, sumado a los demás, convierte a la balsa prácticamente en insumergible.
El sistema de mando automático del timón es común a casi todos los diseños navales de Tito Sol.
El lunes: muñequito bailarín. No te lo pierdas.



Diseño: Dol. Publicado en revista Lúpin número 89, págs. 34 y 35,  febrero de 1973.

Comentarios